sábado, 17 de enero de 2009

Ensayo final

Historia del comic
IntroducciónEran una serie de dibujos que son constituidos por texto que cuentan un relato o sin él, el significado de historieta proviene del latín de historia, la historieta puede ser estar impresa en papel o está en forma digital, recibe en otros países diferentes nombre, fue en 1809 cuando se utilizaron los diálogos de globos las primeras historietas fueron hechas en un soporte como las vidrieras y los tapices y seria mejorada de los manuscritos ilimitados que fueron considerados consideraron como los primeros libros de historieta el primero fue hecho entre 1260 e 1270 por el taller de Alfonso x “sabio” fue considerado como un creador de los primeros comic . Estará más enfocado al origen en cada país ya que tuvo un gran auge en cientos de países. Lo apartaba cada historieta.

Breve historia del comic mexicano

Un comic o historieta es, sencillamente, un relato contado con dibujos y como tal ha existido durante cientos de años. En otros tiempos, cuando la alfabetización era privilegio de muy pocos, los dibujos eran un medio sencillo de comunicar historias e ideas a un sector mayor de la población. Ejemplos de esto son los dibujos que adornaban ánforas y otros objetos de uso diario en la antigua Grecia y los vitrales que se encuentran iglesias medievales los cuales, por lo general, tienen carácter religioso.
El comic como lo conocemos hoy en día se inició en Alemania — por parte de Wilhelm Busch — con la publicación de unas rimas que iban acompañadas de un dibujo alusivo y que fueron conocidas como Max und Moritz. Unos cuantos años más tarde, en 1896, Richard F. Outcalt crea una serie titulada "El niño amarillo", publicado en cierto periódico neoyorquino. De hecho, de allí nació el término periodístico ‘amarillismo’.
A partir de entonces, varios periódicos empezaron a comprar tiras cómicas para sus suplementos dominicales, naciendo muchas series memorables. Varios editores, al ver el éxito logrado por las tiras dentro de los periódicos, publicaron reimpresiones y colecciones de dichos materiales en revistas hechas expresamente para este fin, lo que dio lugar a las primeras revistas de historietas o comics.
Durante un buen tiempo, dichas revistas solamente se dedicaron a la reimpresión pero pronto surgieron publicaciones con material original. A mediados de los años treinta nace la era moderna de los superhéroes al aparecer, en una revista llamada Action Comics, "Superman" de Jerry Siegel y Joe Schuster. En años subsecuentes habrán de surgir otros, como "Batman", "Flash", "El Hombre Araña", "Los Cuatro Fantásticos", "Los Hombres X", y muchos más que han transformado a los comics en un negocio multimillonario en los Estados Unidos.
El movimiento del comic mexicano empezó con algunos años de retraso.
Para empezar, en los años veinte, en México, se distribuía ‘material de entretenimiento’ a través de agencias norteamericanas especializadas en su reimpresión en periódicos mexicanos. Sin embargo, el material —que consistía en cartones, tiras cómicas e historietas— muchas veces llegaba con mucho retraso, por lo que se empezó a buscar talento mexicano en este ámbito. A raíz de esto surgieron historias tales como "Don Catarino", "El Señor Pestañas", "Mamerto y sus conciencias" (que vino a ser una parodia de la historieta estadounidense "Educando a Papá"), y "Adelaido el conquistador", por citar algunas. Cabe mencionar que éstas eran impresas en blanco y negro en periódicos tales como El Heraldo de México y El Universal.
En 1934 aparecen en México las primeras revistas de historietas como tales. Paquito, de Editorial Sayrols, era una recopilación de material de diversos autores; sin embargo, dicho material no había sido publicado con anterioridad en ningún periódico.
Pepín ve la luz en 1936. Esta revista —que publicaba material mexicano y norteamericano— se convirtió en un éxito total, y para muestra sólo hay que revisar la cantidad del tiraje: diariamente se imprimían 700000 ejemplares y los domingos, el doble.

Principios de la década de los noventa, ocurrió un suceso que renovó por completo el interés por el comic: "La muerte de Superman". Dicha historia fue reimpresa en México por Editorial Vid y a raíz de ella muchas personas volvieron a interesarse en las historietas una vez más. Empezaron a editarse en el mercado mexicano más historias que eran muy populares en Estados Unidos y aparecieron tiendas especializadas en el comic en varias partes de la República. Sin embargo, sólo vendían material americano y algo de japonés, pues la producción mexicana era prácticamente inexistente.

A raíz de esto hubo un intento de publicar una compilación de historietas de distintos autores nacionales. El resultado fue una revista llamada Ka-Boom, el Comic, que a pesar de los distintos talentos que reunía no tuvo el éxito esperado.

Sin embargo, después de tantos años de aletargamiento, en 1994 surgió un nuevo movimiento del comic mexicano. Todo empezó en la norteña ciudad de Monterrey con el nacimiento de "Ultrapato", de Edgar Delgado. La premisa de esta historia era la de un pato que obtenía superpoderes gracias a un par de guantes extraterrestres y que libraba una batalla épica contra un enemigo igualmente superpoderoso y contra traficantes de drogas en un mundo poblado por animales antropo-morfos.

Con esta historieta nació también el primero de los nuevos estudios de comics de México: Cygnus Studio, que es hoy uno de los más importantes del país y que reúne a algunos de los mejores talentos del medio tales como Giovanni Barberi, María Elena Salas, Carlos García Campillo y Salvador Vázquez, entre otros. Además de la miniserie de "Ultrapato", concluida en 1995, Cygnus publicó a lo largo de 1997 dos mini-series más. Una de ellas es "Valiants" —una historia situada en el mismo universo que "Ultrapato"— que narra las aventuras de un grupo de vigilantes que intentan defender a Ciudad Lobo de funcionarios públicos corruptos y de un clan de gatos vampiros. La segunda miniserie es "Lugo", historia acerca de un vampiro que intenta terminar una lucha que se ha desarrollado a lo largo de varios siglos. Ambas miniseries concluyeron en 1998.


Además de Cygnus, en varias partes del país han surgido otros estudios más, como Estudio Entropía, asentado en Guadalajara. Éste publica "Xiuhcoátl, la serpiente de fuego", comic que involucra superhéroes, antiguos dioses aztecas, policías corruptos y más.
Aparte de los estudios, hay personas que hacen el comic en forma independiente. Tal es el caso de Polo Jasso, que bajo el sello de Psycomix publica "Cerdotado", de la cual él escribe la historia, dibuja y entinta.
Cerdotado" es una historia ligera, cómica —que empezó como una parodia de "Superman"— en la que el superhéroe tiene forma de cerdo pero que en seguida adquirió una personalidad propia y única. Los comics no sólo sirven como entretenimiento; se puede, de hecho, aprender de ellos. Por ejemplo, recientemente se publicó en Monterrey un comic llamado "Odisea 400", el cual fue una producción conjunta de Grupo Semper (un grupo de jóvenes dedicados al dibujo de historietas) y (Asociación de Historiadores del Noreste de México). En dicho comic se narra las andanzas de una viajera en el tiempo que parte del año 2096 y realiza un recorrido por la historia de Monterrey tratando de encontrar una solución para su negro futuro.
Y respecto al futuro de los comics..., en realidad, éste parece prometedor. Hay muchas historias nuevas en puerta, nuevas propuestas de los estudios ya existentes, nuevos talentos que aparecen cada día. Por ejemplo, Cygnus ya prepara otra miniserie que llevará el título de "B-Squad". Grupo Semper ya está haciendo su segundo trabajo, que promete ser de mayor calidad que "Odisea 400", lo cual es bastante si se considera que ésta fue excelente. Y en cuanto a los nuevos talentos, sólo necesitan el apoyo de un público que debe comenzar a apreciar los comics hechos en México.
Breve historia en argentina
Los primeros relatos gráficos publicados en la Argentina aparecen en los periódicos de sátira política, a mediados del siglo XIX. Estos periódicos basaban su éxito en la publicación de caricaturas litográficas que, en general, eran observaciones costumbristas. En 1863 aparecería la revista "El Mosquito", considerada como la primera revista con humor político nacional. En "El Mosquito", que se publicaría hasta el año 1893, serían populares los dibujos de Henri Stein y las caricaturas de Meyer. Por otro lado, en 1884 llegaría la revista "Don Quijote", que duraría hasta el año 1905.
Los primeros antecedentes de la historieta propiamente dicha, en la Argentina, aparecen en las revistas "Caras y Caretas" (desde el año 1898) y "PBT" (desde el año 1904), donde los artículos de costumbres y política aparecen con alguna ilustración. Se inicia con las "Tiras comerciales" y los dibujos de Mayol y José María Cao, publicados en los primeros números de "Caras y Caretas", y más precisamente con "La caza del zorro" de Acquarone (en 1901, en esa misma revista). Al comienzo, los globos se alternaban con los habituales textos al pie, en general sin tener incidencia en la acción. Tanto la revista "Caras y Caretas" como "PBT" fueron creadas por Eustaquio Pellicer. En "Caras y Caretas" colaborarían, entre otros, Fray Mocho, Cao, Giménez, Zavattaro, Redondo, Villalobos, Málaga Grenet, Valdivia, Mirko, sirio, Columba, Alonso, Huergo, Caballé, Sabat y Mayol. A su vez, en 1904, Alberto Haynes edita la revista "El Hogar", que luego sería origen de una poderosa editorial.
Con el inicio de la década se produce un fenómeno que influirá decisivamente en la historieta nacional, y que se da a partir de la consolidación de la revista "Superhumor", suplemento de Humor, que aparece a mediados de 1980, con el asesoramiento creativo de Carlos Trillo, Guillermo Saccomanno y Juan Sasturain, que querían una revista con material exclusivamente argentino, a diferencia de las otras publicaciones de Récord, y que se caracteriza por la originalidad y una profunda calidad y creatividad. Juan Sasturain, en una nota de los primeros números, manifestaba la necesidad de convertir a nuestra realidad nacional en "materia aventurable", o sea que toda historieta debía desarrollarse en un ámbito que reflejara no sólo la identidad sino también la "geografía", el "ambiente" cotidiano, que los lectores reconocieran y con el que se identificaran.
Así, se publica finalmente, en la revista Superhumor, "Calle Corrientes" (de Solano López y Saccomanno), "Sol de noche" (de Saccomanno y Patricia Breccia), y las historias clásicas de Trillo y Altuna, todas de localización inconfundible, como ser la del enjuto policía llamado "Merdichesky". Incluso aparecerían otras, como las aventuras galácticas de Reynoso-Dose (sobre todo con Julián Estrella), desvinculadas de una realidad tangible, desarrolladas en futuros catastróficos y deshumanizados pero, indudablemente, "apoyadas" en una realidad fácilmente reconocible. También se republicarían los originales de "Un tal Daneri" (izquierda), de Alberto Breccia y Carlos Trillo.
En Superhumor aparecería también, desde 1981, la inigualable "Buscavidas" (derecha), de Trillo y Breccia, una de las joyas del género, hoy reconocida a nivel mundial. Buscavidas era un personaje casi sin rostro, que habitaba relatos ajenos, con un dibujo de gran contraste y de sintética elementalidad descriptiva. Era un coleccionista de confidencias, un personaje dispuesto a cualquier cosa con tal de escuchar, de labios de cada protagonista, un momento, un dolor de sus vidas, listo para clasificar y archivar.
Entre otro de los personajes aparecidos en SuperHumor estaba Toh-Or (izquierda), de Trillo y Dose, que era un personaje que podría definirse como "con mucho músculo pero poco cerebro". Y se destacaban, además, en Superhumor, la presencia de notas críticas y analíticas, fundamentalmente a cargo de Sasturain o Trillo-Saccomanno, que tocaron viejos y novísimos temas de nuestra producción de historietas y que le dieron a la revista, en apariencia frívola y pasatista, un verdadero tono de investigación y seriedad.
Ya desde los ‘60, gracias a la última página de Clarín, los argentinos habíamos adquirido la costumbre de empezar a leer el diario por atrás, atraídos por la excelente calidad de las historietas que allí se nos presentaban, pero el material, casi en su totalidad, era extranjero.
El proceso de "localización", que, podemos decir, se cristaliza con Superhumor, en realidad había comenzado el 2 de enero de 1980, segundo día de la década (primero, si tenemos en cuenta el feriado sin diarios), en la última página de Clarín. Ese histórico día se produjo el reemplazo de la casi prehistórica "Mutt y Jeff", de Fischer, por "Teodoro & Cía." (Izquierda), de Viuti. La contratapa de Clarín, entonces, pasa a estar escrita, dibujada y firmada íntegramente por argentinos, con escenarios argentinos y problemas argentinos, reconocibles y palpables por los argentinos de los ‘80.
De esta forma, complicidad e identificación, y no evasión, es lo que busca el lector frente a este "compacto" de tiras, que queda conformado así: "El loco Chávez" de Trillo y Altuna; "Teodoro y Cía", de Viuti; "Diógenes y el linyera" (derecha) de Tabaré (con guiones de Guinzburg y Abrevaya); "Clemente y Bartolo" de Caloi; "De la crónica diaria", de Dobal y los "Cartoons" de Fontanarrosa, Crist y Aldo Rivero. Además en el cuerpo del diario comienzan a aparecer las caricaturas políticas de Hermenegildo Sabat, ilustrando las noticias más importantes. En la revista dominical de Clarín se incorpora en forma fija a partir de este mismo mes, la página "El humor de Quino". Con este hecho, Clarín se convierte en el medio periodístico que albergará durante la década a los más grandes historietistas del país: Quino, Sabat, Fontanarrosa, Crist y Caloi.
El cómic durante la guerra de las Malvinas, entre Abril y Junio de 1982, merece un capítulo aparte (click aquí).
En tanto, con los años, de a poco naufragan la intenciones de Superhumor. A principios del ‘83 se "politiliza" demasiado y la llegada de la democracia la hace "virar" hacia el destape, por lo que se convierte en una revista más y, a mediados de la década, desaparece sin pena ni gloria. Pero, indudablemente, abre un camino.
Otro intento editorial respetable, aunque poco duradero, se da entre noviembre y diciembre de 1983, con la aparición de "Cuero", revista quincenal dirigida por Oscar Steimberg y Roberto Rollie, con sólo 3 números, que apunta a un público más adulto, con ingredientes de ciencia-ficción pesada, novela negra y otros innovaciones, sobre todo en el campo del erotismo o de una insinuada pornografía, hecho que no debe sorprendernos si recordamos que el comienzo de Cuero coincide con el "desbloqueo" de la censura que se produce a partir del reinicio de la democracia en la Argentina, con el gobierno de Alfonsín. Merece también rescatarse que en "Cuero" y en "Don", otra publicación dirigida por Steimberg, aparece por primera vez un escritor famoso como guionista, utilizando su verdadero nombre y no un pseudónimo como "camoflage": Dalmiro Sáenz, con historietas como "Yo, sí", dibujadas por Sanyú, "Yo, acuso, ¿o no?", ilustrada por Torre Repiso y "La impotencia es cosa de hombres", con dibujos de Dose. Otras historietas aparecidas en Cuero son "Matando el tiempo", de Saborido-Trillo; "Recorridos", de Sanyú-Gallego; "Ciudad", de Giménez -Barreiro; "Memorias del viejo mundo", de Dose-Trillo, y "Cosas de la Vida", de Rep-Saccomanno. Al igual que Superhumor, la crítica y la investigación ocupan un lugar de importancia en Cuero, con ensayos del mismo Steimberg, los siempre presentes Trillo-Saccomanno y otros.
Este importante proceso de renovación que se había iniciado con Superhumor llega a su punto culminante en septiembre de 1984 con la creación de una nueva revista de Ediciones La Urraca: "Fierro", donde también se destaca la colaboración de Juan Sasturain. Dice Jorge B. Rivera con respecto a la publicación: "En las entregas de Fierro la historieta -ya definitivamente para ‘adultos’ por su temática y su lenguaje- alcanza una temperatura creativa que sólo se había esbozado en anteriores proyectos editoriales. Algo ha ocurrido, indudablemente (...) en este nuevo mensuario que se presenta en los quioscos con tapas diseñadas, con un nuevo sentido de la ilustración (...) De modo sugestivo y ambivalente, la revista se subtítula ‘Historietas para sobrevivientes’, y algo de eso ocurre, en realidad".
Podemos mencionar, entre lo mejor que publicó Fierro, a "Sudor Sudaca" y "Europa en Llamas", de Sampayo y Muñoz; "War III", de Barreiro y Juan Giménez; "El cazador del tiempo", de Enrique Breccia; y la revolucionaria "Perramus" (derecha), de Sasturain y Alberto Breccia; la serie completa de "Perramus" constaba de cuatro historias, y en una de ellas aparececía como personaje Jorge Luis Borges, que llegaba incluso a ganar el Premio Nobel de Literatura.
Otras buenas tiras publicadas en "Fierro" fueron "Metrocarguero", con guión de Enrique Breccia y dibujos de Mandrafina; "Ficcionario" de Altuna; "La batalla de las Malvinas", con guión de Barreiro y dibujos de Macagno, Pedrazzini y Pérez; "Evaristo" (izquierda), de Sampayo y Solano López; "El Sueñero", que era una saga mitológica integramente de Breccia; "Museo", de Sasturain y Patricia Breccia; "Sperman", de Fontanarrosa, "Figurita Difícil", de De Santis y Max Cachimba, etc.
Además, la revista Fierro propició el desarrollo y difusión masivo de toda una camada de nuevos historietistas a través de concursos y de un suplemento dedicado a la experimentación de estos nuevos autores. Toda esta nueva historieta responde a una mezcla de la fascinación del antiguo material folletinesco con los armados de las nuevas técnicas audiovisuales, todo esto fusionado con la parodia de los clásicos que se arrastra de la década anterior, la sátira política y el "destape".
Así, la historieta deja definitivamente de ser el terreno de lo ingenuo o del entretenimiento puro para llegar a un campo estético e ideológico, que necesariamente, debe responder a una realidad "local", que el lector debe conocer o reconocer sin dificultad. Indudablemente, todo esto tiene que ver con el fenómeno de la "postmodernidad", que, aunque tarde, llega a la historieta nacional, si bien se había hecho notar, muy de a poco, en algunas producciones de los ‘70.
Esta nueva estética postmoderna, con su discurso antiutópico, inscribe definitivamente la historieta argentina en una temática que ya no puede ser ingenua (los chicos debieron "crecer" mentalmente para comprender historias que, incluso, fueron teóricamente pensadas para un público muy joven) ni exótica.
El "cambio de domicilio" de la aventura se ha terminado de realizar. Se ha dicho que la postmodernidad nace de una "subversión artística", y la historieta argentina, "subversiva" por naturaleza a partir de la década del ‘50, era el más propicio de los terrenos para albergarla.
Otra de las características postmodernas, que implica el rechazo de lo "nuevo" como "novedad" pura, concepto que endiosó la modernidad, hace que vuelvan a tomarse como modelo los grandes exponentes de la historieta argentina, dejando de lado la moda de "lo negro por la negrura misma" o "lo violento por la violencia misma", predominantes en la historieta norteamericana y desprovistos de denuncia o de compromiso con una realidad propia. Todo esto, sumado a que la apertura democrática permite en nuestro país volver la mirada hacia temas y autores que había quedado "obligadamente" silenciados. No olvidemos tampoco que la postmodernidad reemplaza la visión permanente hacia el futuro que la modernidad nos había impuesto, por un presente continuo que justifica este nuevo enfoque de la ciencia ficción, en la que el futuro debe apoyarse necesariamente en un presente tangible.
Evidentemente, toda esta "nueva moda" desencadena un aluvión de producción, muchas veces caótica, que no tiene demasiado lugar en las publicaciones clásicas de Columba, que se mantienen en el mercado, ni Skorpio, y ni siquiera en Fierro. Los artistas nuevos, casi siempre muy jóvenes, ante la imposibilidad de hacer conocer sus trabajos, y de dar su opinión en notas críticas, crean 2 publicaciones "subte", no comerciales, hechas en fotoduplicación y distribuidas "a pulmón" (en algunas ocasiones, hasta "casa por casa", y en forma gratuita), que se conocen en el medio con el nombre genérico de "Fanzine", algunos sólo con material de historietas, otros sólo críticos, los más una mezcla de ambas cosas. Entre estos proyectos "paraprofesionales", verdadero semillero de la historieta de hoy en día, podemos destacar Undercomix y Novacomiz (Careaga - José Luis Martín), HGO y Parásito (Daniel Ortiz - Jorge Fantoni), Comiqueando (Andrés y Diego Accorsi), Buenos Aires Robot (Ralveroni - Dani the O. - Mariano D'Angelo), etc.
En respuesta a toda esta estética desopilante y alimentada en una buena medida por los "fanzines", en febrero de 1985 aparece como suplemento de Fierro el "Subtemento Oxido", con todas las características de una publicación "underground" (nótese el prefijo "subte" que forma la palabra nueva que reemplaza a "suplemento"), insertada en una publicación comercial, al que todos empiezan a conocer como "la Oxido de Fierro". Fiel a su mote, en este "subtemento" aparece de todo, se exploran todos los géneros, se da lugar a todo lo nuevo, incluyendo autores, muchos de los cuales no trascienden y permanecen en el anonimato y otros muchos que comienzan a hacerse un nombre y son hoy conocidos en el medio.
Como corolario, en octubre de 1989, aparece el primer número de Comic Magazine, ambicioso proyecto de Javier Doeyo, con la colaboración de Andrés Accorsi, Hernán Ostuni, Fernando García y otros, que aborda la critica del comic y el estudio documental y serio del género, con trabajos de tal claridad que merecerían figurar en una antología sobre el estudio del comic, con más razón si se tiene en cuenta la característica predominante de la época: la gente que los produce es muy joven; en este caso, chicos que hicieron sus primeras armas en "editoriales" o "correos de lectores" de las revistas tradicionales, asesorando, vendiendo y hasta prestando revistas de historietas en sótanos o entrepisos de librerías tradicionales de la ciudad (como Entelequia), que empiezan a brindarle un espacio (pequeño) al comic.
En noviembre de 1987 se produce un cambio fundamental en la clásica última página de Clarín. Horacio Altuna, el dibujante del gran éxito de los ‘70 y los ‘80, deja el país porque se va a trabajar a España, y, de común acuerdo con Trillo, el guionista, da por finalizada la tira, haciendo emigrar a España también al Loco y a su novia Pampita. Los responsables de Clarín le piden a Trillo, que, de alguna manera, continúe con la historia. Contratan a Ernesto García Seijas, dibujante con un estilo muy similar al de Altuna, y el Loco Chávez, periodista de un diario (que a las claras es el mismo Clarín), es reemplazado por otro periodista: "El Negro Blanco". A la gente no le gustó mucho el cambio, amaban al Loco y a Pampita.
Curiosamente, el gran éxito de "El Negro" se da cuando un personaje secundario, la periodista Flopi Bach (derecha), inspirada, según el dibujante, en la entonces modelo publicitaria Araceli González, empieza a ocupar en el corazón de los lectores el lugar de "sex-symbol" de ficción que había dejado vacante Pampita. El éxito de Flopi Bach es tal que se convierte en la primera "mujer de papel" que posa desnuda para Play Boy, como una actriz o modelo de moda, compartiendo la tapa de la edición argentina de la revista, en su número 72, de septiembre de 1991, con la mismísima Araceli González, con la que se refleja en un espejo.
La tira de "El Negro Blanco" comienza a venderse en Europa, América del Norte y Asia; se lee en castellano, inglés, italiano y sánscrito. A su vez, García Seijas es considerado por los especialistas italianos como el mejor dibujante del mundo.
Por otra parte, sobre todo el efecto de la "localización", hace que las "transposiciones" literarias a la historieta, que habían encontrado su camino en los ‘70, modificadas por la nueva moda y la nueva estética postmoderna, se trasladen definitivamente a la literatura argentina, hasta ese momento dejada un poco de lado en aras de la literatura universal. Así, podemos rescatar, el inmejorable ejemplo que nos da nuevamente Fierro con una serie titulada "La Argentina en pedazos", más tarde recopilada en un libro, con estudios críticos de Ricardo Piglia, con recreaciones de "El matadero", de Esteban Echeverría, con dibujos de Enrique Breccia (Fierro n°1), Los dueños de la tierra", de David Viñas, también con dibuos de Enrique Breccia (Fierro n°2), Mustafá, de Armando Discépolo y Rafael de la Rosa, con dibujos de Enrique Breccia y guión de Norberto Buscaglia (Fierro n°3); Las Puertas del Cielo", de Julio Cortázar, con dibujos de Carlos Nine y guión de Norberto Buscaglia (Fierro n°6); Boquitas Pintadas, de Manuel Puig, con dibujos de El Tomi y guión de Manuel Aranda (Fierro n°23), etc, o Triste, solitario y final de Osvaldo Soriano, con dibujo y adaptación de Sanyú, aparecida por entregas en Superhumor, a partir del n° 8, de Junio de 1981. Otro hecho que podemos destacar del año 1981 es que el Centro Editor de América Latina, esta vez con su nueva colección de Capítulo: "Historia de la literatura Argentina", publica un fascículo dedicado a las "Literaturas marginales", pero referido solamente a la Argentina, escrito nuevamente por Jorge B.Rivera.
A pesar del tiempo transcurrido, Mafalda sigue dando que hablar en la década del ‘80 y aún después (click aquí para ver este tema en detalle). Por su parte, en 1985 se realiza, en Barcelona, la "Exposición de Humor Argentino", cuyo catálogo cuenta con una introducción analítica de Juan Sasturain; también en el ‘85 se edita el "Libro de Fierro Especial Oesterheld", con reimpresiones de los trabajos del maestro desde 1952 hasta 1964, también con un estudio preliminar de Sasturain. Coincidiendo con este "especial", por la misma época aparece, sin firma, la tercera parte de "El Eternauta", con algunos dibujos de Solano López y guión del italiano Ongaro (de dudosa calidad), que no tiene nada que ver con Oesterheld. Sin embargo, éste aparece como personaje de la historieta.
En 1988 Hyspamérica comienza a publicar una colección titulada "Grandes humoristas Argentinos", la que consta de un libro semanal con obras de artistas como Fontanarrosa, Caloi, Landrú, Viuti, Crist, Sendra, Garaycochea, Tabaré, Grondona White, Liotta, Yacaré y otros grandes. Hacia fines de la década aparece un nuevo valor de la historieta nacional. En 1989 empieza a publicar Skorpio uno de los más reconocidos dibujantes del comic negro o "dark" de actualidad, a nivel mundial: Leonardo Manco. También ese año Clarín y Aguilar editan en forma conjunta un libro con la recopilación de las mejores tiras de "El Loco Chávez".
Vale mencionar también la aparición, desde fines de la década, de diversos personajes infantiles en el suplemento infantil del diario La Nación, como ser, por ejemplo, "Plic y Pluc", de Roge.
LA HISTORIA DEL COMIC EN LOS PAISES DE EUROPA
ALEMANIA
Vale señalar que los primitivos ejemplos en este país incluyen los grabados en madera de fines del siglo XV sobre temas religiosos, políticos y morales. Mucho después, resultó que Alemania tendría a uno de los pioneros del cómic, Wilhem Busch. Su estilo audaz y animado, y sus metáforas visuales, que reflejaban el movimiento y los estados psicológicos, fueron muy imitados. La más celebrada de las creaciones de Busch fue la pareja de pilluelos "Max und Moritz" (derecha); esos dos "niños terribles" del humor alemán fueron creados en el año 1865.
Ya por el año 1934, la tira cómica más popular fue "Vater und Sohn" (izquierda, de E. O. Plauen), que desarrollaba historias jocosas y sin palabras protagonizadas por un caballero y su travieso hijo. Puede ver sellos de estos personajes haciendo click aquí. Es importante señalar que, en la época de Hitler, se prohibió cualquier tipo de historietas, por lo que se estancó el desarrollo.
BELGICA
Puede ver estampillas del cómic belga haciendo click aquí.
Una de las tiras más famosas es "Tintín", creada por Georges Rémi (alias Hergé). El primer número de las aventuras de Tintín apareció en de enero de 1929, como "Tintín en el país de los Soviets". Los personajes principales de la tira son Tintín y su perrito Milú (dibujo), el capitán Haddock, Bianca Castafiore, los detectives Hernández y Fernández, el profesor Tornasol y el mayordomo Néstor. Fue publicada con mucho éxito en Francia.

SPIROU En 1938 nace una de las más importantes publicaciones de cómic que existen: el semanario "Spirou", que dio confianza y espacio para que muchos autores desarrollaran su estilo en sus páginas, como por ejemplo Jijé, Fournier, etc. Allí se destacaron personajes como el mismo Spirou (de Rob-Vel y Davine, en 1938), Lucky Luke (de Morris, en 1947), Gastón Lagaffe (de André Franquin, en 1957), los Schtroumpfs, más conocidos como Los Pitufos (de Pierre Culliford, "Peyo", en 1958), Boule y Bill (de Jean Roba, en 1959), y varios más.
LAGAFFE
ESPAÑA
Los cómics y las revistas de historietas nacen, en España, por el año 1865, con la publicación dedicada a la sátira política llamada "Caricatura". Luego se publicaron numerosas revistas ilustradas, como ser "La gaceta de los niños", "El monitor infantil" y "Patufet" (en este caso en Catalán). Las publicaciones en la prensa madrileña se inician en 1880, sobre todo con "Madrid Cómico". Figuras importantes de los primeros tiempos fueron Apeles Mestres (con sus cuadernos de historietas) y Joaquín Xaudaró.
Recién en 1915 aparece la primera colección de cómics que se publica como una revista de aparición regular y continuada: "Dominguín". Pero es a partir de 1917 cuando el comic cobra más importancia, gracias a los dibujos de gran calidad de la revista infantil "TBO" (de ahí el término "tebeos" para los cómics en España); allí aparecerían, entre otros, El profesor Franz (de Copenhague) y La familia Ulises (de Benejam). En 1921 se comenzó a publicar la revista "Pulgarcito" (relanzada en 1947); allí aparecieron personajes como los gemelos Zipi y Zape (arriba a la derecha, 1948, de Escobar), Las hermanas Gilda (1949, de Vázquez), El reporter Tribulete (1951, de Cifré), y los aún vigentes "superagentes secretos de la T.I.A" Mortadelo y Filemón (izquierda, 1958, de Francisco Ibáñez).
Posteriormente llegaron las revistas "Pinocho" (1925), "Pocholo" (1931) y "Chicos" (1938). En esta última se destacaron los dibujantes Freixas y Blasco. Otras revistas que vale la pena mencionar son "Jaimito" (1945), "DDT" (1951), y la aún vigente "Jueves" (1977). Con el tiempo se perfeccionó el formato apaisado (es decir, un cuadernillo rectangular y horizontal) con personajes como El Guerrero del Antifaz (1944, de Gago) y El Capitán Trueno (1956, de Mora y Ambrós). Otros personajes de aventura fueron El Jabato (1958, de Mora y Darnís), el Corsario de Hierro (de Ambrós), Roberto Alcázar y Pedrín (1940, de Vañó) y Diego Valor (1954, de Jarber).
En cuanto a los personajes cómicos destacados, también hay que mencionar a Pepe Gotera y Otilio, Rompetechos, el botones Sacarino (todos de Ibáñez), Carpanta (de Escobar), Macaco (de "K-Hito"), Anacleto (de Vázquez), Rigoberto Picaporte (de Seg), etc. Entre los personajes más nuevos se encuentran "SuperLópez" (de Jan), Mot (de Nacho y Azpiri), Goomer (derecha, arriba, de Ricardo y Nacho), etc. Haciendo "click" en la estampilla de la izquierda podrá ver sellos de diversos personajes de tebeos.

FRANCIA
En francés, el cómic se denomina "bande dessinée". Hacia el año 1889 el francés Georges Colomb (Christopher) publica lo que se considera como la primera historieta francesa: "La Familia Fenoullaird". Luego sobresalió Amadée de Noe (Cham) con su obra "Historie de M. Lajaunisse". Recién es en el siglo XX que las historietas propiamente dichas comienzan a publicarse en las revistas. En el año 1934 apareció la primera tira cómica diaria: "Las aventuras del profesor Nimbus" (derecha), un sabio despistado, que era una creación de André Daix.
Muy influenciado el cómic francés por el de Bélgica, se publicó mucho a personajes de autores belgas, como ser Tintín, de Hergé. En 1959 aparece la revista Pilote, publicación semanal que daría a conocer a dibujantes tan diferentes como Uderzo y Goscinny (los creadores de Astérix y Obélix, a quienes vemos a izquierda y derecha, respectivamente), Gotlib (y sus famosos Dingodossiers), Moebius (creador del sargento Blueberry, en 1963), Cabu, Charlier, etc. Vale aclarar que Moebius era uno de los tres seudónimos de Jean Giraud (también llamado Gir), el dibujante francés más prolijo, y quien impondría su estilo en la ciencia ficción. Con un punto culminante entre 1968 y 1972, durante esos cinco años, Pilote fue la mejor revista de cómic que nunca tuvo Francia. En 1972 se crea la editorial Futuropolis (desaparecida en 1994).
Click aquí para ver sellos del cómic.
Futuropolis publicó cerca de 450 obras, y dio a conocer o apoyó a 200 autores, entre ellos Enki Bilal, Baudoin, Tardi, etc. Justamente, el mencionado Jacques Tardi fue el creador, en el año 1976, del personaje de Adèle Blanc Sec (izquierda), una muchacha cuya profesión bien puede ser la de periodista como la de escritora.
Desde 1973 se desarrolla el Festival d'Angoulême, que es "el" festival francés del cómic, y que se ha convertido en una institución anual y en la cita europea obligada para todos los amantes de la historieta.

ITALIA
La historieta italiana (fumetti) nació en diciembre de 1908, en el "Corriere dei piccoli", con tiras dedicadas a los niños; los pioneros fueron Antonio Rubino (y su obra "Pippotto e Barbabucco") y Attilio Mussino (con "El negrito Bilbolbul", izquierda). Otros autores de los comienzos, que vale la pena mencionar, fueron: Gandolín, Vieni, Caramba, Yorick, Pitigrilli y Vamba. La historieta italiana de aventuras surgiría en los años treinta, y durante la segunda guerra mundial se lanzaría "Dick Fulmine" (derecha, arriba, de 1938, de Bono y Gori) y "Romano el Legionario". Posteriormente llegaría Hugo Pratt con "L'Asso di Picche" (una mezcla de Batman y el Fantasma), y, ya en 1967, con "Corto Maltesse", donde, con un dibujo sobrio, exacto y muy expresivo, narraría aventuras dentro del más refinado estilo de los años treinta. Con la aparición de "Valentina" (derecha, abajo, del año 1965) de Guido Crepax, florecería la industria del cómic erótico, especialidad donde se destacaría luego, entre otros, Milo Manara. A partir de los años setenta se desarrollaría de forma extraordinaria el cómic-social.


SUIZA
Tuvo a uno de los pioneros: Rudolphe Topffer, que era un profesor de Ginebra. En 1837 Topffer expresó las reglas elementales de la historieta: "Se compone, de una serie de dibujos autobiografiados al trazo, cada uno de estos dibujos va acompañado de una o dos líneas de texto. Los dibujos sin estos textos sólo tendrían una oscura significación, el texto sin los dibujos no significa nada", sus obras se publicaban en álbumes horizontales con una tira de viñeta, en sus cómics "Les amours de M. Vieux Bois", de 1827, y "Le docteur Festus". En 1837 se publica su primera historieta en láminas. Entre los personajes famosos del cómic Suizo de los primeros tiempos estuvieron "Globi" (del año 1932, de Schiele y Lips) y "Papá Moll" (del año 1955, de Oppenheim-Jonas). ¿Un personaje actual? Podemos citar al niño “Titeuf” (derecha), quien fuera creado por “Zep” en el año 1991, y que se hiciera muy popular también en los demás países francoparlantes.
INGLATERRA
Los orígenes se remontan al siglo XVIII con Francis Barlow, quien utilizó bocadillos parecidos a banderas o rúbricas en sus hojas de propaganda de "El espantoso asunto infernal de los papistas". Luego, los vicios y los disparates sociales de la época fueron satirizados en "La historia de una prostituta", de William Hogarth, la primera de sus ilustraciones morales sobre asuntos modernos, presentados en colecciones de grabados para ser leídos en secuencia como un relato. Con el tiempo se fueron perfeccionando los bocadillos con lenguaje hablado, en especial en los dibujos de James Gillray.
En 1809 llegó, por parte de T. Rowlandson, una serie de aventuras de un personaje dibujado: "El viaje del Doctor Syntax" (derecha, arriba). En 1867 llegaría lo que muchos consideran como el primer personaje del cómic inglés: "Ally Sloper" (izquierda), creado por Charles Ross, con dibujos de Marie Duval. En 1890 fue el auge de las revistas de comics, con el primer número de "Comic cuts" (editado por A. Harmsworth). A partir de 1904 W. Haseldem hizo evolucionar la tira diaria de carácter político.
Sin embargo, las tiras cómicas llegaron tarde a los periódicos británicos, y, al principio, estaban dirigidos a los niños, con personajes como "Teddy Tail" (1915) y "Rupert" (1920), todos con el texto impreso debajo. Luego llegó "Pop" (de Watts, en 1921), con el texto en globos. En 1932 Norman Pett crea su famosísima "Jane". En 1957 aparece, en el Daily Mirror, "Andy Capp" (derecha, de Reg Smythe). Entre 1950 y 1969, se publicó, en la revista "Eagle", a "Dan Dare", de Frank Hampson. Más recientes son las feroces sátiras políticas

LA HISTORIA DEL COMIC EN JAPON

Sin tener en cuenta las historias humorísticas japonesas narradas sobre rollos de papel de los siglos IX y X (los Chojugiga), puede decirse que los antecedentes del manga (el cómic japonés) son los Ukiyo-e, grabados que proliferaron durante el Período del Edo (1600-1867), una época de dictaduras feudales que provocó descontento y frustración social. Estos grabados solían ser parodias políticas que retrataban fielmente las costumbres cotidianas de la cultura japonesa de la época.

ASTROBOY En el año de 1814, el artista Katsushika Hokusai comenzó a realizar dibujos en los cuales narraba historias cortas protagonizadas por samuráis, representando las guerras y sucesos por los cuales había atravesado Japón durante aquel período. Justamente, este pintor crearía el término manga, juntado los términos "man" (involuntario) y "ga" (dibujo o pintura). En 1930 ve la luz Ogon Bat, de Suzuki y Nagamatsu; el personaje era un semidios justiciero que combatía el crimen, un pequeño preferente al mundo de los superhéroes. El primer autor japonés que rompió las filas del material extranjero fue Rakuten Kitazawa, en el suplemento dominical Jiji Manga (del diario Jiji Shimpou). He aquí, pues, la génesis de la aplicación del nombre manga, que tendría su desarrollo (y se convertiría en una verdadera industria) en la posguerra.
En 1945 se crea un antes y un después en la historia del manga de la mano de Osamu Tezuka, quien es el responsable por completo de toda la estética, la narrativa y la puesta en página de lo que conocemos actualmente como Manga. La obra de Tezuka que revolucionó el mundo del manga fue Shinkataragima (La nueva isla del Tesoro). Quizá inspirado por los dibujos de Disney, en cada obra suya (y de sus sucesores) hay una gran cantidad de imágenes y dibujos minuciosos, con personajes de ojos grandes y redondeados, y con mirada intensa. Tezuka volcó todo su amor por el cine y la animación en planchas de papel barato y expandió su forma de ver los mangas a través de otras obras como Janguru Taitei (Emperador de la Jungla), Tetsuwan Atom (Astroboy), Ribon no Kishi, etc. Otro autor que se destacó mucho fue Katsuhiro Otomo (sobre todo con "Akira").
Fue así que ciencia ficción, fantasía, y aventura cotidiana relajaron a toda una generación. Personajes como Centella (1968), Mazinger Z (1980, derecha, arriba), Fantasmagórico (1975) y Meteoro (1982) triunfaron también en el resto del mundo. La humanidad de los personajes nipones, que tenían debilidades y se enamoraban, calaron perfectamente en América. Las series se desarrollaron con longitudes extensas y numerosas sagas, como en el caso del popular manga "Dragon Ball" (creada por Akira Toriyama, inspirado en una vieja leyenda china), en la que se narran las aventuras de Goku (izquierda) y de todos los personajes a los que va conociendo a lo largo de más de siete mil páginas.

En conclusión nos menciona como el obrero es explotado y es el medio de producción y la riqueza pertenece al burgués y solo puede haber una cambio en el modo de pensar crear un pensamiento y ocuparlo como arma para un cambio radical tener un criterio propio.















1 comentario:

Lucio Avila dijo...

Hola algo extenso tu ensayo no crees?

Revisado!